Para ti, mujer que inspiras y transformas,

Este mensaje no llega tarde, tiene un propósito claro: que recibas estas palabras con amor y respeto hoy, y todos los días.

Sabemos que, antes y durante el Día de la Mujer, los mensajes por diversos medios nos invaden. Pero, ¿qué ocurre después? Pasada la celebración, las palabras se desvanecen y la rutina diaria nos arrastra nuevamente, olvidando la reflexión hasta el siguiente año.

El 8 de marzo conmemoramos el Día Internacional de la Mujer, una fecha reconocida oficialmente por la ONU desde 1977. Pero, más allá de la celebración, ¿qué nos recuerda realmente este día? Es un recordatorio de la lucha por la igualdad de derechos, oportunidades y el reconocimiento de las mujeres en todos los aspectos de nuestra sociedad.

Es un camino largo que hemos recorrido, y debemos mucho a las mujeres que nos precedieron y que comenzaron esta lucha. En esta fecha, recordamos las voces que se han alzado contra la violencia de género, el acoso, la discriminación salarial y la falta de acceso a oportunidades, entre muchas otras injusticias. Pero lo más importante de este día es sensibilizar sobre la necesidad de crear un entorno más inclusivo y equitativo en el presente.

Y aquí va el verdadero sentido de este mensaje: ¿Es suficiente celebrar el Día de la Mujer solo una vez al año? No lo creo. La igualdad de género se construye día a día, con cada acción que tomamos, con cada palabra que pronunciamos. Y somos nosotras las encargadas de promover este cambio, las protagonistas y hacedoras de este sueño de vivir en una sociedad respetuosa y amigable con las mujeres.

Esta realidad comienza con nosotras y para nosotras. Recordemos que somos apoyo, no competencia. La igualdad no debe ser una celebración de un solo día, sino un compromiso diario. Cada acción, cada palabra, cada decisión puede ser un paso más hacia un futuro en el que todas las mujeres sean respetadas, escuchadas y valoradas.

Así que, te invito a que hoy, y todos los días, celebremos juntas este camino hacia la igualdad. Celebremos cada pequeño logro, cada avance y cada paso que damos, porque aunque a veces parezcan invisibles, son esos momentos los que nos acercan a un futuro en el que todas las mujeres seamos tratadas con el mismo respeto, las mismas oportunidades y los mismos derechos. Cada día es una oportunidad para seguir transformando nuestra sociedad, para romper barreras y para construir un mundo donde la equidad sea la norma, no la excepción. El compromiso diario es el verdadero motor del cambio.

Querida mujer, cada día es un regalo, una nueva oportunidad para brillar. Juntas, podemos crear un camino lleno de luz y fuerza.

Escrito por: Andrea Alonso (Integrante de la Comunidad).